Los
besos
Cuando
una pareja comienza una relación, los besos se dan
a todas horas y en cualquier lugar. Pero conforme pasa el
tiempo, el besar se vuelve rutinario y su valor va a la
baja. Es más, anteponemos las obligaciones y la falta
de tiempo a esta demostración de afecto, de forma
que tan solo le dedicamos dos semanas anuales de nuestra
vida; mucho menos que a ver la tele.
¿Y
por qué nos besamos? Cuando dos personas se besan
todo su cuerpo reacciona y se despierta el deseo. ¿Por
qué nos pasa eso? Pues porque con este gesto se libera
oxitocina, una hormona relacionada con los patrones sexuales
que actúa como neurotransmisor en el cerebro e influye
en funciones vitales como el orgasmo, el parto o el amamantamiento.
Nuestro cuerpo también libera con un beso adrenalina,
aumenta el ritmo cardíaco y la tensión arterial,
baja la tasa de colesterol y se intercambian bacterias que
refuerzan el sistema inmunológico... Ahí es
nada.
Pero
lo que realmente nos interesa cuando besamos a alguien es
saber su reacción. Y lo que nosotros experimentamos.
Un estudio de la Universidad de Albany (Nueva York, Estados
Unidos) concluye que el primer beso podría ser decisivo:
más de uno descubre tras darlo que no tiene interés
por la persona a la que besa porque en ese momento se produce
un intercambio de información que les permite conocer
si son genéticamente incompatibles. El estudio también
asegura que las mujeres le dan más importancia a
los besos que los hombres, pues los utilizan para evaluar
a su pareja.
A la
pregunta de si alguna vez habían descubierto que
no les atraía alguien al besarle por primera vez,
más de la mitad de las encuestadas (estudiantes de
ambos sexos, de entre 18 y 24 años) respondieron
afirmativamente. Los varones, por su parte, no utilizan
los besos para conocer más a su pareja (la mayoría
incluso tendrían sexo con una chica sin haberla besado
antes), pero sí para finalizar una pelea, como reconciliación.
Los autores concluyen que el beso es una estrategia utilizada
en el noviazgo para conocer más a la otra persona,
para aumentar la excitación sexual y para desarrollar
un vínculo afectivo en la pareja.
¿Romántico
o sensual?
Se dice que el beso es el termómetro de una relación,
así que, si alguna vez dejas de tener ganas de besar
a tu pareja, empieza a preocuparte. No hay técnicas
ni reglas. Lo esencial es que se dé con ternura y
cariño. Sin embargo, sí podemos hablar dé
diferentes tipos de besos:
• Suave y dulce: expresa ternura y va con
caricias.
• Romántico: se da con toda
la fuerza del amor que se siente hacia el otro.
• Sensual: es una forma de coquetear
e incitar a movimientos sensuales.
• Devorador: quita el aliento, denota
deseo y demuestra ansiedad por poseer al otro.
• Pasional: es mucho más profundo
y las caricias se tornan más intensas.
Practica y practica
Si mantienes una relación desde hace años
no permitas que esa necesidad de tener el máximo
contacto con tu pareja se vaya desvaneciendo. ¿La
mejor forma de evitarlo? Practicando, practicando y practicando.Para
ello, besa a tu pareja en cada oportunidad que tengas. Si
te entran ganas de hacerlo en un lugar público, no
te reprimas. Concéntrate en ello sin pensar en lo
que sigue, no necesitas tener relaciones sexuales para sentir
placer; hay caricias y besos que pueden producir sensaciones
inimaginables. Inventa un código de comunicación
a través de tus besos. Y siempre hazlo con ternura,
cariño y, sobre todo, con amor.
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